...De sueños y fantasmas eternos...

¡Salvo me salva!

Hoy mamá fue al súper y yo me quede en casa a cuidar a la pequeña Pao.
Jugamos, cantamos, saltamos, cazamos tigres y piratas malos nos capturaron. Comimos un mar hecho con cereal y peces de salchicha. Fue todo un ángel y yo pude poner en práctica varios puntos que aprendí dentro de mi clase de filosofía para niños.
El caso es que cuando mamá llega Pao se transforma en otra niña, casi tan berrinchuda como yo.
Papá bajaba la compra del auto y mi mamá se acercó a saludar a Pao. Enseguida Pao preguntó que qué le habían traído a ella.
Ya se me esa historia. Pao pregunta, si hay algo, lo toma y se va saltando felizmente por ahí, si no, se pone a gritar, llorar y patalear tanto que dan ganas de salir corriendo.
Mamá abrió los ojos muy grandes, seguro se le había olvidado y como en cámara lenta movió la cabeza de un lado a otro mientras decía con miedo NO.
Pao gritó, se enojó y mientras se sentaba en el piso para empezar su gran drama mamá rápidamente tomó una de las bolsas de súper diciendo que había recordado que si le trajo algo.
Pao se detuvo y la miró intrigada. De la bolsa mamá saco un detergente salvo con algo pegado alrededor, una promoción seguramente.
¿Unas crayolas? O.o
Se las dio a Pao y mientras ella se iba saltando en la búsqueda de un buen lugar para pintar mamá bajó la cabeza y respiró profundamente… uf … si que Salvo me salva…
Seguramente será el detergente favorito en casa.

Besos a todos.