Yo no sé de qué mundo preceden pero suelo imaginar que no existió, que son broma cruel de la naturaleza, híbridos imperativos desterrados de ninguna parte mitad sombra mitad qué se yo.

Con la cabecita en alto

Hoy desde que di el primer paso que di sobre la calle que me lleva a casa pensé en una linda metáfora de cambio. Aunque a veces las cosas no son como uno las espera...

Mientras caminaba pensaba cómo podría expresar lo que pensé al verme sobre la acera de enfrente a la que suelo usar.

Nunca uso esta parte de la calle por que me parece que es mucho más complicada de andar. Apenas si tiene pavimento, y muchos árboles revueltos crean subidas y bajadas incómodas para andar. La acera de enfrente en cambio es plana, fácil de andar.

Por un momento pensé en regresar a mi acera acostumbrada y cuando lo hice me di cuenta de algo que no había notado por que jamás intenté caminar sobre el otro lado. En la acera fácil el sol da a su máxima potencia... en cambio en frente es apenas una luz pequeña.

Con el calor de Mérida y además el sol potente opte por regresarme a la acera de enfrente. Tendré que comprarme unos tennis si pienso recorrer esta acera siempre...

y hasta ahí todo fue maravilloso.

Luego empezó a llover con fuerza. Me encanta la lluvia pero es poco amigable cuando se trae blusa blanca. Como del lado en el que andaba la lluvia pegaba fuertemente tuve que regresar al otro lado, al mismo de siempre.

Y de repente recordé que cambiar es muy difícil...

u.u

siempre hay algo que la friega.

Jejeje ^^

No importa. Mañana con paraguas.